Yo, comunicación

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La comunicación sigue siendo una de las mayores víctimas en tiempos de crisis. Muchas son las empresas que en tiempos de inestabilidad consideran superfluo este departamento. Marketing y comunicación son dos áreas profesionales que deben ir siempre unidas y nunca hay que dudar de ellas. Una sin la otra solo puede repercutir en trabajos mal hechos, a destiempo y sin ningún sentido.

Por eso es tan importante que ahora, en tiempos en los que parece que la comunicación no importa, el marketing general y el marketing de contenidos la coja de la mano y manifieste el hecho de que sin ella no va a poder llegar al éxito. 

Seamos sinceros. En la mayoría de las ocasiones, casi ningún trabajador tiene una idea clara de lo que hace la gente que trabaja en un departamento de marketing y comunicación, incluso, muchas veces se considera como algo bueno que nadie sepa y que muchos ni siquiera “intuyan” que lo que sucede, en verdad, sucede porque alguien lo estuvo planificando y quiso llegar hasta ti. 

¿Por qué marketing y comunicación?

Partamos de la base de que se inicia un proyecto porque alguien ha tenido una idea. Ese proyecto no puede salir adelante sin una comunicación previa, sin las estrategias de marketing bien definidas y sin la comunicación durante todo el proceso en el que dure el proyecto, y si dura toda la vida, ya sabes la respuesta.

Las estrategias de marketing se planifican con una buena comunicación y eso está tan claro que a veces cuesta admitir que hemos estado equivocados toda la vida. En realidad es que la gente se piensa que todo lo que no sea vender sobra. La realidad, no obstante, no puede ser más ajena a tal razonamiento. Prescindir de tu departamento de comunicación en tiempos de crisis significa que en un momento donde lo estás pasando mal renuncias a tener voz, a comunicar con tu audiencia; con los tuyos.

Ser incapaz de comunicarse en tiempos peligrosos es la forma más eficaz de pasar a mejor vida rápidamente. Prescindir de aquello que puede hacer que se fijen en ti entre un gran mar de productos o servicios que se parecen no suena a lo más inteligente que harás en la vida.

Ponte las pilas, comunica. No te aísles o estarás poniéndoselo fácil al fracaso. Es más, debes cambiar la mentalidad. Debes poner a toda tu empresa a comunicar. ¿Qué sabes hacer? ¿Qué te destaca? Recuerda que tu principal activo son los trabajadores. Muestra tus cartas, muestra a tus cracks y sácalos a jugar. Una buena estrategia es demostrar lo que sabe la gente que conforma tu empresa. Tú mensaje será claro: Éste es mi equipo, el equipo con el que contarás si decides contratarnos.

En tiempos de comunicación la crisis no debe reducirse sino ampliarse. El excesivo control sobre aquello que comunicamos es un error tan grande como comunicar mal. Dale brillo. Púlelo, ten cuidado, fija una estrategia, e instaura un protocolo si lo crees necesario. Esto no quiere decir que no puedas ser flexible y supervisar todo aquello que ocurre. Gestiona el conocimiento de tu principal fuerza motriz. Tu primer público: los trabajadores, deben de convertirse en tus primeros aliados. Tu declaración de intenciones más firme.

Este no es el momento de quedarse callado. Es el momento de llegar a tu cliente.

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